Hoy
trate de escribir una vez mas, pero las palabras se negaron a surgir en mi
mente, he caminado un poco he visto la ciudad en su hora mas tranquila, pero nada ha surgido para mi, las parejas
aquí y allá, demostrándose su amor, en los parques, unos chicos perdiendo su
inocencia para poder “olvidar” sus problemas, me pregunto ¿Qué saben ellos de
problemas? No conocen lo que es ser una persona que debe sostenerse a si misma,
no saben lo que es tener que lidiar con el mundo entero que irremediablemente
quiere devorarte, pero ellos que tan solo deben preocuparse por sus estudios,
por ser buenos hijos, ellos se refugian en ese basura para poder salirse de
esos problemas que a esa edad, les parecen imposibles de franquear, muevo mi
cabeza pesadamente, recordando cuantas veces trate de intervenir y lo mal que
me fue, continúe con mi caminata, bajo la luz de la luna, que se perdía bajo el
inmenso sol de la luz de la ciudad, observe a una muchacha no mayor de 15 años,
ofreciendo su joven e inocente, por no decir que no totalmente formado cuerpo,
a cualquiera que tenga dinero para pagarle, cualquiera que le ofrezca lo
suficiente para por lo menos esta noche poder llevarse algo de comer a la boca,
me acerque a ella, poso sobre mi una mirada de tristeza, mezclada con
resentimiento, e incluso creo que sentí algo de clemencia, se acerco algo
insinuante, pero tan solo le di unos billetes que tenia en mi bolsillo y le
pedí que fuera a casa a dormir, que buscara algo mas acorde a su edad que
hacer, pero cual sorpresa me lleve cuando ella, sin inmutarse siguiera, me dijo
“gracias papi, por los billeticos, pero esto lo hago para poder tener algo en
este mundo” no estoy muy seguro pero por alguna razón esas palabras me
dolieron, aunque recordé el nivel de miseria que me rodea, y en el cual yo
mismo me hallo inmerso, “demonios” pensé, “le di mis últimos billetes, lo mas
seguro es que ella consiga mas que yo esta noche” pero para mi sorpresa, se
fue, tomo un bus, que a esa hora iba vacío,
no se que ruta siguió, pero imagino, o quiero imaginar, que se fue a casa.
Al
llegar a casa sentí la boca seca y fui
al refrigerador, donde solo encontré una cerveza y una botella de whisky
incompleta, me decidí por el whisky, me serví un vaso y avance hacia mi
escritorio, estaba todo en desorden, me deje caer en la vieja silla, perdí la
vista en los agujeros del techo, y luego me dispuse a escribir, tome el esfero,
busque una hoja en blanco, trate de plasmarle algo, pero ahí estaba nuevamente,
nada, absolutamente nada en mi cabeza, no sabia acerca de que comenzar a
escribir, siempre he soñado con escribir aquello que haga a la gente conectarse
con lo que quiero decir, pero aquí estoy a mis 26 años y no puedo juntar dos
frases, siguiera para hacer la lista del mercado, ¡que fracasado soy! Necesito
aire fresco, creo que saldré nuevamente, aunque pensándolo mejor, si me
acuesto, no me volveré loco.
Doy
vueltas y vueltas en la cama, aquí esta improductivo insomnio, ¡si me diera
ideas!, pero no me alienta, solo me cansa, esta amaneciendo en la ciudad y yo
sin dormir, mirando por la ventana el sol que hoy se ve mas grande de los
acostumbrado, no lo puedo ver de frente, ¡mi pobre vista!.
Ahí esta la señora
del piso debajo del mío, como siempre corriendo para que los niños se vallan
para el colegio, preparándole el desayuno al esposo, ¡que bien huele!, es
cierto, tengo mucha hambre, ¿Qué habrá de comida?, mi refrigerador esta vacío,
solo la botella de whisky, la cerveza, ¿Quién sabe cuanto tiempo llevara ahí?,
y una lechuga, que no parece lo mas fresco del mundo, comprare algo en la
tienda, lo olvide, le di mis últimos billetes a la muchacha de anoche, ni modo,
me siento a escribir, o por lo menos a tratar de escribir pero no consigo nada
nuevamente, solo me acompaña un vaso de whisky, la cerveza no me provoca hoy, así
como no lo ha hecho en estos últimos 4 días, mi madre llega y me trae algo de
comer y algo de dinero, nuevamente, dependiendo de ella, no se porque no le hago
caso y me devuelvo a la casa, no, soy un hombre maduro, debo ser independiente,
salgo a caminar, busco la inspiración en esta ciudad, empieza a hacer calor, me
acerco a la playa, hay turistas, lo había olvidado estamos en verano, pronto
comenzaran las lluvias y mi apartamento (si es que así puedo llamar a esa
pseudopieza que ocupo) se inundara, miro de un lado a otro, ahora veo a otro
inocente con el jueguito de las ostras, claro esos vendedores son astutos, te
dan a probar una, y te engatusan para que pruebes otra y otra y cuando quieres
ver, te vaciaste (o por lo menos eso te hacen creer) el balde completito y te
cobran hasta a vida, por esas ostras que no querías en primer lugar y que
rechazaste la primera vez por caras, ¡pobre turista inocente!, pero no puedo
culpar al vendedor, debe vender su producto de una manera o de otra, veo a esas
mujeres enormes que te ofrecen un masaje con aceite de coco, que no es tan
bueno para la piel como ellas afirman, pero bueno, como veniste a una ciudad de
sol, no vas a regresar pálido y del mismo semblante con que te fuiste, ¡ahí no,
pobrecito ese turista tiene a cinco masajeándolo, probablemente lo dejan sin
dinero del paseo! No faltan los que se quieren tomar fotos hasta de la cortada
que se hicieron con un vidrio cerca de la orilla al mar, lo mas probable es que
los atraquen y les quiten todo, sigo observando veo a las lindas chicas que le
llevan al cliente del hotel las bebidas hasta la carpa y a aquellas jovencitas
que se quieren broncear tirándose en una toalla, para quedar echas un camarón,
de lo rojas y quemadas, de un lado y blancas del otro, porque eso si, se
duermen y se les olvida darse la vuelta, no falta la vendedora de frutas, que
por ser la imagen de la ciudad, vestida de todos los colores posibles, se toma
la foto con cuanto turista ahí, pero no vende ni una fruta, porque le daña el
tocado, de su “ponchera” y después el alcalde no les paga, por foto, no estoy
seguro de cómo funciona ese extraño sistema, y los vendedores de todo tipo, que
te venden cualquier cosa a un precio 3 o 4 veces mayor del precio regular en la
zona no turística de esta ciudad, el sol esta ahora alto, todos almuerzan y a
mi ni una idea sobre mi libro, no tengo hambre pero me canse de caminar, creo
que me sentare un ratito.
El
mar esta tranquilo, se ven las muchachas de la ciudad bañándose en lycra y
blusita, se les diferencia bien de las turistas que llegan con bikinis
mostrando lo que no me interesa ver, ahí unos niños jugando en la orilla,
persiguiendo las olas, sin prestarle demasiada atención a la madre que esta en
la carpa contemplando a sus hijos y gritándoles cada tanto que no se acerquen
al mar.
Mi
mente vuela a lugares lejanos y me encuentro con la imagen de aquella niña, tan
dulce, joven y fresca, seguro estará trabajando buscando algún turista que le
pague mas de lo que pagan los hombres de aquí, me los imagino besando su
boquita y me enojo, lanzo una piedra al mar, ¡casi le pego a un turista! Mejor
me voy antes de que llegue un policía y me arreste por andar metiéndome con los
turistas, y la verdad no tengo plata para sobornos, camino de vuelta a casa,
estoy como a dos horas caminando pero no tengo prisa, el sol empieza a caer y
noto que no he comido nada, me detengo frente a una mesa de fritos y allí me
encuentro a un pastor muy conocido en la ciudad porque tiene unas iglesias, y
que ahora que se las da de muy santo, aunque todos sabemos que es un corrupto,
pero bueno, no me quedo ahí, me fastidian los corruptos como el, me acerco a mi
casa, y me encuentro a la niña de ayer, me hace un gesto con la mano para que
me acerque, la veo a los ojos y tiene otra expresión, además se ve mejor sin
tanto maquillaje, “papi, gracias por el dinerillo de ayer, compre algo y me fui
a casa”, me dijo con su dulce voz, “me gustaría poder darte mas”, le dije algo
triste por no poder darle dinero, pero no tenia mucho, “no te preocupes esta
todo bien…” hablamos por espacio de dos o tres horas, ella se despidió de mi,
diciendo que tenia que arreglarse para “trabajar” me dolió escuchar eso, porque un ángel como
ese, no se debe dedicar a eso, debe estudiar y trabajar en algo que no le falte
el respeto a su cuerpo, pero en este lugar no se puede hacer nada.
Subí
a mi cuarto, la escalera anda algo mala, un día de estos me voy a caer y me voy
a partir hasta el alma en esta cosa, nuevamente en mi soledad buscando que
escribir, ¿Por qué no me dejo ya de esto y busco algo que hacer? En la calle se
escuchan unos disparos, fijo mataron a alguien cerca, se escucha un gritillo
ahogado, eso es raro, si matan a alguien aquí, la gente se reúne y mira, hasta
que llega la policía y cubre al muerto con una sabana para que el que llega
tarde no lo vea, no me gustan esas cosas, así que vuelvo a mi pensar, sin un
solo pensamiento, cuando de repente escucho, “era solo una niña”, ¿una niña?,
¡no puede ser¡ salgo a la calle, corro en dirección al lugar donde los demás
van a ver al muerto y allí esta tendida en el suelo sobre un charco de sangre,
la niña, ¡Mary, por Dios niña, que paso!, “trataron de atracarla”, “nadie sabe
quien fue”, en este lugar nadie sabe, aunque sepan, llega la policía y todos se
van, me duele la cabeza, me devuelvo a mi cuarto me dejo caer en la silla y
apoyo la cabeza en el escritorio, no se porque empiezo a llorar, de repente,
¡ahí esta la historia! Voy a escribir acerca de la historia de Mary en esta
ciudad, contare lo que ella me conto, no me importa si no me compran el libro,
por esa dulce niña lo hare.
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